
UPRA protege al Gigante del Atlántico
Soemil K. Ríos Ferrer
DepartamentoComunicación Tele-Radial
Área de énfasis: Comunicación Estratégica
Año de estudio: 4to año
Pueblo de Residencia: Arecibo
Resumen:
La Universidad de Puerto Rico en Arecibo, en alianza con la organización Yo Amo el Tinglar, impulsa la conservación de las tortugas marinas y la protección de Playa Grande en Arecibo, uno de los principales lugares de anidaje en el Atlántico. Bajo el liderato del Dr. Gualberto Rosado Rodríguez, los estudiantes de UPRA fortalecen su formación académica a través de investigaciones de campo que fomentan la conciencia ambiental. Esta colaboración ha permitido documentar amenazas como el hongo Fusarium en los nidos y promover soluciones desde la ciencia y la educación. La unión de la universidad y la comunidad demuestra cómo la educación superior transforma vidas, protege especies en peligro y genera un impacto positivo en Puerto Rico.
La Universidad de Puerto Rico en Arecibo (UPRA), en alianza con la organización Yo Amo el Tinglar, impulsa esfuerzos de conservación de tortugas marinas y la protección de Playa Grande en Arecibo, uno de los principales lugares de anidaje en el Atlántico. Bajo el liderato del Dr. Gualberto Rosado Rodríguez, profesor del Departamento de Biología de la UPRA, los estudiantes fortalecen su formación académica mediante investigaciones de campo que fomentan la conciencia ambiental y el compromiso comunitario. Gracias a esta colaboración, se han documentado amenazas como la presencia del hongo Fusarium en los nidos y se han promovido soluciones desde la ciencia y la educación ambiental. Esta unión entre la universidad y la comunidad demuestra cómo la educación superior transforma vidas, protege especies en peligro y genera un impacto positivo para Puerto Rico.
Además de su labor como investigador y voluntario de la organización Yo Amo el Tinglar, el Dr. Rosado es uno de los encargados de monitorear el cuidado de los nidos de las tortugas que anidan en la isla. Además, integra activamente a sus estudiantes en estos procesos investigativos, quienes con frecuencia continúan como voluntarios luego de finalizar el curso. Así nace y se fortalece la colaboración entre UPRA y la organización.
Entre los trabajos más recientes se encuentra la investigación sobre la presencia de hongos en los nidos de tortugas, específicamente en los huevos. Esta condición, conocida como Fusariosis (STEF por sus siglas en inglés, Sea Turtle Egg Fusariosis), es causada por el hongo Fusarium. Aunque por mucho tiempo se pensó que los hongos habitaban directamente en las tortugas, la investigación ha confirmado que Fusarium es común en el ambiente y se encuentra naturalmente en la arena de las playas. Este proyecto fue desarrollado por el estudiante de Microbiología de cuarto año Yahir Cuevas Soto.
En Puerto Rico anidan principalmente cuatro especies de tortugas, todas provenientes del Atlántico. El tinglar (Dermochelys coriacea), la especie de mayor tamaño, suele anidar cada dos años. La golfina, aunque tiene dos especies reconocidas Lepidochelys olivacea y Lepidochelys kempii, solo la L. olivácea anida en Puerto Rico, particularmente en Playa Abacoa en Arecibo. Esta tortuga, la más pequeña de las cuatro, anida anualmente en la playa donde nació, y aunque anida en “arribadas”, este fenómeno aún no se ha observado en Puerto Rico. Lamentablemente, la golfina es también la más afectada por el hongo Fusarium. El carey (Eretmochelys imbricata) anida con mayor frecuencia en el área sur de la isla, mientras que la tortuga verde o peje blanco (Chelonia mydas) también está presente en las costas de Arecibo.
Yo Amo el Tinglar es una organización sin fines de lucro que opera bajo permisos del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA). Actualmente está coordinada por Myrna Concepción y, desde el 2011, maneja regiones del área norte que abarcan desde Vega Baja hasta Camuy. La organización, llamada así porque el tinglar es la especie más abundante en Puerto Rico, forma parte de una red de grupos tortugueros en toda la isla, entre ellos: Vida Marina, Tortugueros del Sur, ATMAR, TICATOVE, Tortugueros de Culebra, Reserva Natural de Humacao, Tortugueros del CEN, Proyecto Tortugueros Piñones, Tortugueros de Isla Verde, Quillas San Juan y Chelonia.
Hasta la fecha, en el 2025, Playa Grande, en la comunidad costera de Islote en Arecibo, es la playa número uno en anidamientos de tinglar en Puerto Rico. Suele mantenerse dentro de las primeras tres playas con mayor frecuencia de anidamiento, superando los 200 nidos por temporada. Como parte de sus esfuerzos de protección, la organización ha solicitado que esta playa sea designada como hábitat esencial o “área crítica de anidamiento”, un proceso que ya logró completar su primera fase de aprobación.
El tinglar es una especie clave para el ecosistema marino debido a su rol en el balance de otras poblaciones, como las aguas vivas (jellyfish). Su caparazón puede medir hasta seis pies y sus aletas extenderse hasta ocho pies. A pesar de su tamaño, su existencia se ve amenazada por la destrucción de hábitats y el desarrollo no planificado en las zonas costeras. Aun así, según el censo oficial actualizado semanalmente, hasta el momento se han reportado aproximadamente 1,333 nidos de tortugas en Puerto Rico durante el 2025.
La colaboración entre Yo Amo el Tinglar y UPRA ha sido especialmente valiosa para la organización debido al número creciente de estudiantes voluntarios que permanecen activos luego de sus experiencias académicas. Su contacto directo con el proyecto despierta en ellos un sentido de responsabilidad y compromiso con la conservación. La investigación desarrollada en UPRA se comparte con la organización y esta, a su vez, la informa al DRNA.
“Quién mejor que los estudiantes de UPRA para cuidar las playas de Arecibo”, expresó el Dr. Gualberto Rosado Rodríguez.
Además del Dr. Rosado, otros profesores de UPRA también se han integrado a estos esfuerzos, incluyendo a la profesora de Biología Eneilis Mulero Olivera y al profesor de Biología José Fernández, quienes acercan a más estudiantes a estas experiencias educativas y de servicio.
Es un orgullo reconocer los logros que surgen de este tipo de colaboración, que reafirma la misión educativa tanto de UPRA como de Yo Amo el Tinglar: trabajar por y para la conservación de especies en peligro, promoviendo una educación que transforma y aporta al país. Puerto Rico y la UPR están llenos de historias positivas y de personas comprometidas con construir un mejor país y una mejor educación.
